miércoles, 4 de febrero de 2009

HACE CASI TRES AÑOS...

No, no es verdad que se me haya caído la lapicera antes de comenzar a escribir. Cualquier comentario contrario no es más que burdo intento por no leer lo aún no escrito pero ya actualizado. Es sumamente imposible que pueda romperse aquello no concreto, así como que detenga su fluido una pincelada seca. El tanteo general primario, a la orden del día, no es más que un futuro censurado en presente transparente...invisible. ¿Acaso alguien osaría preguntarse si las nubes realmente le dan color al cielo? Me apenaría en demasía que ahora mismo se unan en cofradía y muestren su antipatía dando fin a este luminoso día. Es por esto que será mejor que nadie entre en duda: las nubes son blancas, puras, y susceptibles; no es necesario pinchar sus ojos una tarde de verano. Saciado de calor y extasiado en tranquilidad, un eterno ombú regala partes de sus ramas de sabor y color.
Bienvenidos son todos, especialmente aquellos que se presenten con la invitación lunar correspondiente. Serán recibidos también –y aunque no traigan la papeleta consagratoria- todos aquellos que circulen por el lado izquierdo. Quizás deberíamos probar todos tal novedosa cuestión. Un cambio enérgico y rebelde. ¿Acaso nadie se anima a desafiar la ridícula y dictatorial obligación impuesta? (Silencio hospital), (calle usted, sanatorio, que hay enfermos descansando). Quisiera retirar yo la parte que me corresponde en esta nuestra sociedad. La inversión de vida.

2 comentarios:

Julia dijo...

Muy bueno, Romano! Yo casi nunca tengo las papeletas al día. Besote!

Anónimo dijo...

(dimensiones)





te quiero