sábado, 13 de diciembre de 2008

SIN TITULO

Si, es esa la ciudad que bien desde arriba
fue testigo de los mejores goles,
testigo de las altas luces titilantes y ordenadas,
y de humeantes grupos en diferentes coordenadas.

El nido en el árbol se tiñó de rojo
y la rama sucumbió. Vino a dar el atacante
con el as de espadas:
las crujientes hojas secas del olmo
brindaron nota y contexto ideal.
El encanto generado se encargó del resto:
la Divinidad fue suprema.
Es así, que con sombras y sonidos llamativos
Natura muestra su carácter
unas veces inofensivo,
otras un tanto terminante.

Por el costado de la escena marcha,
algo adormecido, un jilguero de mañana calurosa,
como neutro actor de obra sin sentido.
Cabizbajo, sofocado y algo confuso
atraviesa la panorámica desde el cénit a sus entrañas,
de comienzo a fin...una vez más en horas nuevas.
Y más aún: seduce su modo
de desaparecer en pleno protagonismo:
ahora audaz, espontáneo y algo ridículo.

Una nueva morada, novedosos augurios estelares.
La oposición divide a la Tierra en al menos dos partes
y la dibuja a injusto placer extremo.

La pasividad culpable permite -a medias-
el éxito de la parte triunfante.
El porcentaje restante es ajeno a todo.

(30-08-2004)

1 comentario:

NmLeDe... dijo...

hola viejo! como estas??

lo voy a seguir diciendo... que bien que escribes che! posta!

esta muy bueno el post!!

gracias porpasarte che!

un abrazo!!!